Soy una madre comprensiva que trata de fomentar la autoestima en sus hijos (en los míos, no en los de ustedes). Y como sé muy bien, porque me lo dicen los maestros, pediatras, reportajes en periódicos y revistas e informes varios, que una de las maneras de fomentar esa autoestima es elogiarles mucho todo lo que hacen, y colgar en lugar destacado de la casa los dibujos y manualidades que van trayendo del cole, miren como tengo la habitación de mi cuarto (MI cuarto, no el SUYO de ellos):
No se me negará buena voluntad, y al que lo haga que le parta un rayo.
De momento, me quedan muchas paredes blancas o decoradas con cosas absolutamente prescindibles. Sólo pienso respetar un grabado de Natalio Bayo que me regalaron cuando me casé, un poster de Corto Maltés que me compré hace años en Barcelona y un par de láminas chiquirriticas con reproducciones de las trazas de Brunelleschi para la cúpula de la catedral de Florencia, y de un dibujito de Miguel Ángel, de una exposición que se hizo sobre él también en Florencia.
Así que con los dibujos no veo problema a medio plazo.
Pero con las manualidades… Yo ya no sé qué hacer con ellas ni dónde meterlas, se lo juro a ustedes. Se nos salen por las orejas sólo las que han traído en las últimas semanas. Juzguen ustedes mismos, si no (lo voy a ir rotulando todo porque hay alguno difícilmente reconocible para quien no está familiarizado con estas cosas):
–Copos de nieve (de estos tenemos varios)
–Bolas de árbol de navidad
–Papases noeles con palos de polo
–Árboles, así en general
–Árboles de Navidad, en particular
–Un soporte para velas
–Un tampón para hacer grabaditos
–Un superhéroe (se sabe porque lleva capa)
–Un barquito con cáscara de nuez
–Un cocodrilo
–La versión casera del mismo cocodrilo, menos lograda
–Dos pancartas
–Una careta de robot
–Un gato
–Un ratón
–Un barómetro
–Unos nosequeses
–Un corazón
–Unos números
–Unas hojas
–Y, en el apartado de “seguridad e higiene”, el portacepillos Pillo para el cepillo Pillo
una colección de estrellitas “buenas” para poner (no sé dónde) cuando Julia se lava los dientes y de “malas” para poner (tampoco sé dónde) cuando no se los lava
y unas etiquetas (no autoadhesivas y desagradables de cojones) identificativas de los lugares donde se guardan productos tóxicos o donde hay enchufes:
Pues que se nos queda la casa pequeña. Que no damos abasto. Vamos a tener que pedir permiso a la comunidad de vecinos para empezar a poner estanterías en el rellano y en la escalera. Pido piedad a los de Plástica y a los de extraescolares, y hasta a mis propios hijos. Que menos mal que no soy pintora yo, ni mi marido ceramista o escultor.
Nos vamos a tener que mudar a Buckingham Palace. Ya verías entonces autoestima de la buena.
Yo me compraría un cajón. Si un cajón de sastre… o mejor que comprarlo, que lo fabricaran tus hijos y en él que vayan guardando todas sus cosas, bien etiquetadas por si dentro de 100 años a alguien se le ocurre abrir el cajón.
Seguramente resultará mas barato que mudarse a ese palacete que tiene el monarca británico.
Jamía, pues yo debo ser mala de la muete porque me quedo con un par de cosas y lo demás…se vá. Renovarse o morir.
Revisaré la autoestima de mis niños, si.
PD 1 Oye, ¿y si les dices que has ido donando las obras a alguna pinacoteca, o a ARCO…?
PD 2. Eso sí, me han encantao el gato y el nosequé número 1
¿Y en el Esquilator Palace?
Decórale la casa a Babil father que le quedará muy cuca.
Pues yo igual de mala que la Mima, o sea, que reciclo mucho, ji ji. Vamos, que en el fondo somos sostenibles. Salvo lo justo, y a la que se olvidan de “la cosa”, al reciclaje va. ¡Ojo!, pero cada cosa a su contenedor…
Lo de ARCO es una idea fenomena…ahí la autoestima por las nubes estratosféricas, máaaaa…
A mi, el ratón ma parecío de lo mas cuco…
Dudo entre el cajón que propone Unjubi y lo de Arco, que ambas son ideas estupendas.
Lo del Esquilator Palace también es para considerar. Sólo hay que decirles a los chicos que añadan “Para Yayo”, y au.
Yo también “reciclo” lo suyo, ¿eh? Pero es que esto, insisto, ha sido en las últimas semanas…
en casa también reciclan, la mayor hace las manualidades, la pequeña las repinta, desmonta y reutiliza y, los papis vamos recogiendo piezas y distribuyéndolas por los correspondientes contenedores.
Veo que no consideras la propuesta de alojarlos en Esquilador Palace. Te entiendo…necesitan más humedad ambiental…:P
¿Bukinjam?. A este paso va a necesitar aquilarse toda Suiza
¡Acabaramos! es la mejor campaña de control de la natalidad que he visto. Calle, que eso en casa también pasa, que en la nevera hay tres tomates cherry amarillos con forma de pera que recolecté para mi señora hace ya lo menos dos meses. Acabo de verlos y les han salidos unas manchas marrones, como lunares… Yo creo que ya no se los va a comer. Que igual los tiro y así le evito que lo haga ella y que me tenga que contar que los ha llevado a otra casa más grande, con un jardín enorme, que allí van a vivir mejor y van a jugar con otros tomates…