Mercè Ibarz y la humedad de Sijena

Mercè Ibarz publica hoy en El País un artículo sobre Sijena. Ella lleva, dice, treinta años yendo allí y nos recomienda que visitemos el monasterio pese a que no lo hace con mucha confianza, pues duda de que haya alguien a quien le interese el arte.

Afirma que hay tres buenas razones para plantearse la visita: la maravillosa arquitectura del monasterio, la de revivir una historia secular y la de ver qué podría pasar si se devuelven a su lugar de origen los frescos de su sala capitular. Pero, en realidad, escribe para contarnos que ha descubierto que en Sijena hay humedades, que esas humedades están ahí desde siempre porque el monasterio se fundó sobre una laguna y que ha decidido contarlo porque eso todo el mundo se lo calla.

A comienzos de año la Sra. Ibarz ya publicó un artículo sobre Sijena diciendo que para ella era ese lugar era «un referente íntimo», que lo había visitado mucho y que era ella quien se lo había dado a conocer a un montón de gente, incluidos sus paisanos, que son aragoneses, de Zaidín. Aunque, en realidad, lo que quería hacer era aprovechar para dar hostias a Aragón. En su día ya me reí de ese artículo porque incluía tantos errores de bulto que resultaba gracioso que Sijena fuese para ella un referente íntimo y asegurara haberse dedicado, precisamente, a darlo a conocer. Recomiendo a  todos aquellos que han conocido Sijena a través de la Sra. Ibarz que se busquen otra fuente de información.

Hoy me río también de este artículo. Insiste en que lleva treinta años yendo a ver el monasterio. Y en treinta años no se ha enterado de que la Sala Capitular de Sijena no tiene forma de L. Lo que tiene forma de L, señora mía, es el dormitorio de las monjas. La sala capitular tiene planta rectangular y cinco arcos diafragma que apoyan directamente en la pared. Esos arcos fueron reproducidos en el MNAC para colocar sobre ellos los bastidores con las pinturas arrancadas y restauradas, en un espacio que también reproduce aproximadamente la planta y dimensiones de la sala. Si usted está confundiendo de esa forma bochornosa la Sala Capitular  con el dormitorio, significa que ni ha visto la sala en Sijena ni ha visto tampoco sus pinturas en el MNAC. Llevan expuestas 55 años.

¿Quién es aquí la que no se interesa por el arte?

De historia tampoco andamos muy finos: le informaré, Sra. Ibarz, de que Sijena no estuvo vinculada al obispado de Lérida hasta 1873. Ese obispado no «rigió el monasterio durante ocho siglos». Si usted hubiera mantenido algún tipo de relación con Sijena durante treinta años, lo sabría perfectamente. Tampoco tuvo que ver nada el Opus Dei, ni su fundador (a quien no nombra, como si fuera Voldemort), ni Torreciudad, ni Belloch (esto me ha dado un particular ataque de risa) con la división del obispado de Lérida en 1995. Lo que hace no tener ni idea de historia y sí poco sentido crítico…

La Sra. Ibarz visita el monasterio y se entera del horario que tiene. Lo visita con una guía joven, dice, que es de Madrid; en realidad, es una de las monjitas de la Orden de Belén, que ocupa el monasterio en las últimas décadas, y se presta a dar ese servicio a los visitantes porque es muy amable. Ve unos agujeritos en la parte baja de los muros de la iglesia, que es un sistema que se suele utilizar para evitar las humedades en los monumentos restaurados, y le parece que por allí «mana la humedad varias veces al día». Los arquitectos deben de estar tirados por el suelo, doblados de la risa, ya, a estas alturas.

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(La foto es de Manel Miró. La Sra. Ibarz se imagina chorros de agua saliendo por los agujeritos.)

A mí, lo confieso, se me han saltado las lágrimas cuando he leído lo de que a las monjas las atacaban los mosquitos por doquier. Por favor, qué poca seriedad…

El monasterio era insalubre por húmedo, sí. Las monjas se quejaron de ello a lo largo  de toda su historia. Se hicieron dormitorios en alto, precisamente, para librarse de ella. Pero sufrían de reúma, de asma, etc. No de que les picaran los mosquitos. Y no fueron jamás una comunidad de clausura, ni se plegaron a las órdenes vaticanas que la impusieron a las congregaciones femeninas tras el Concilio de Trento, en el siglo XVI. Consiguieron dispensa papal porque eran unas señoras nobles en un monasterio de fundación real que defendieron siempre su independencia y la forma de vida que marcaba su regla desde el siglo XII, no porque les picaran los mosquitos o porque les molestara la humedad.

Sijena fue fundado hace más de ochocientos años y siempre tuvo humedad. Y siempre tuvo pinturas, que antes de su incendio se conservaban prácticamente intactas. Es cierto que hay que garantizar unas condiciones perfectas para acogerlas de nuevo, que hoy no se cumplen. Yo, se lo digo en serio, preferiría que las pinturas se quedaran en Barcelona a que fueran llevadas a un sitio que las pusiera en peligro. Sé que el Gobierno de Aragón va a tener que invertir en lograr esas condiciones más dinero y más tiempo que el que inicialmente prevé, al menos según lo que se ha publicado en prensa. Pero poder hacerse, se puede, ya lo creo que se puede.

Unas consideraciones finales más:

1) En los dormitorios no había pinturas ennegrecidas por el humo guerracivilista;

2) La portada de la iglesia no tiene «adornos», si con eso se refiere a que no está esculpida, pero sí capiteles;

3) Esa portada no estuvo pintada;

4) El dormitorio no tiene «un formidable capitel en palmera», sino que algunos de los arcos diafragma que sustentaban la techumbre en esta sala se recogen juntos en un determinado punto y hacen el efecto de una palmera; ahí sí que no hay capiteles. Veo que sigue sin entenderlo, aunque ahora, por lo menos, ya no habla de «una planta románica en palmera», que era una cosa tronchante.

Monasterio de Sijena, Villanueva de Sijena- Archivo del Gobierno de Aragón

Monasterio de Sijena, Villanueva de Sijena- Archivo del Gobierno de Aragón

y 5) En los años 90 el monasterio fue restaurado. Lo fue cuando el Gobierno de Aragón asumió las competencias en Patrimonio. Años después puso dinero para continuar esa restauración Caja Madrid, no La Caixa. Y se restauró buena parte del edificio. Usted dice que no, que solo se hicieron viviendas para las monjas. No es cierto.

Señora Ibarz, qué poco rigor demuestra. Y qué mala leche. ¿Qué le pasa con Aragón?

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16 respuestas a Mercè Ibarz y la humedad de Sijena

  1. Custodio dijo:

    Me alegro como aragonés y como vecino del Monasterio, de un rebate tan documentado.Me voy a identificar, soy Custodio Buil Pisa de Sena.

  2. Inde dijo:

    Bienvenido a este blog, Custodio. Saludos!

  3. Roig de Biure dijo:

    Solo comentar que la rehabilitacion del edificio ha dejado unas esplendidas salas , quizas , sin conocer las condiciones requeridas en detalle , preparadas para recibir lo que en su dia fue del monasterio.

    No obstante , encuentro muy criticable la actual accesibilidad al edificio , debido a su limitado horario de visitas. No puedo entender como el gasto publico no ha sido reflejado en estas. Particularmente visitar el monasterio me ha costado tres viajes y al final solicitar el favor de las monjas.

    En cuanto al derecho al retorno de las disputadas obras de arte , prefiero no posicionarme , a fin de cuentas , estan los tribunales para dirimir las disputas . De nuevo recordar que las leyes no siempre implican justicia . Estoy muy de acuerdo en que lo mas importante es que se pueda disfrutar del arte y mantenerlo en las mejores condiciones , sea en el MNAC o en Sijena si es lo decidido .

    • Inde dijo:

      La ampliación del horario es una reclamación del pueblo desde hace mucho tiempo. Es de suponer que ahora, con las piezas listas para ser exhibidas, la DGA llegará a algún acuerdo con la Orden de Belén, que es la de las monjas que lo habitan, para lograr un horario de visitas más decente. Hay que hacerlo, desde luego.

  4. Roberto Gracia Segovia dijo:

    Hola.
    Aún añado algo de la mala leche que muestra: da a entender esa persona que es tener suerte disponer de ocio pagado… pues no, mire usted, no en todos los casos significa que la persona que tiene el ocio pagado es afortunada. No creo que lo haya dicho sin más, en esa frase había segundas (y probablemente aviesas) intenciones.
    También veo algunas cosas más a reseñar, de ese jaez y otros (y, por supuesto, sin menoscabo de las que tú dices, Mari, que ésas son las importantes y básicas): no me es dado saber, por el, para mí, desafortunado escrito que comentamos, de dónde es claramente la persona que lo escribe. Veréis, primero dice que tiene raíces al otro lado de Monegros –es ambiguo el comentario, pues no me informa de si se refiere al desierto o a la comarca… además de que, si habla desde Cataluña, lo que sí que parece claro, podría perfectamente tener raíces en Mondoñedo, esa entrañable villa lucense-. Sin embargo, concibo que pueda referirse, por el contexto, a que sus ancestros nacieron en Aragón. Incluso ella misma. Y ahora viene lo que me provoca una sonrisa sardónica –no llego a reírme como tú, Mari, será que los lunes ando menos proclive a ello, no sé-: dice que lleva yendo allí unos treinta años. Por su cuenta, añade, sin interés por parte de sus paisanos, la verdad… o sea, ya vamos viendo que, a lo mejor, sus paisanos, sus ingratos paisanos, la debían haber llamado para que su presencia diera algún tipo de importancia a la existencia misma de Aragón. Y, sin embargo, ella, a pesar de esa indiferencia, aún es capaz, merced a su generosidad, de acercarse por su cuenta. En fin, alguien que dice, además de lo dicho, “ví”, así, con tilde –como antes árduas-; luego: “el monasterio cerró las visitas” (¿no será interrumpió, o incluso que cerró las puertas a las visitas..?); después, que, de doce, casi todos eran catalanes… de manera que no se sabe si se incluye o no entre ellos –es decir, si ya no son sus paisanos los de Aragón-; sigue escribiendo y pone “incordiante”, palabra que no existe; dice que “unos tapones a ras de suelo indican la humedad que emana varias veces al día”, cuando, si se pretende decir que la humedad sale, sin decir de dónde, lo propio es decir que mana, y, finalmente, que los frescos se quieren arrancar del MNAC, sito en Barcelona (espero que se “arranquen”, si finalmente salen de allí, con más cuidado del que hace ver esta persona, porque, si fuera con cierta mala sombra, se estropearían irremisiblemente. Y, de ser así, ¿para qué los iba a querer nadie?), alguien así, repito, merece que se publiquen sus desaciertos y estupideces.
    Bueno, punto final, que las mentiras y demás cosas del artículo ya las ha denunciado la que sabe, que es Marisancho Menjón (a la otra, yo, ni mencionar quiero)

  5. Alfredo dijo:

    Yo creo que esta señora, no solo no quiere que vuelvan los bienes, sino que por ella habría que trasladar todo el monasterio a Lérida ( ya que lo regentaron durante tanto tiempo)

  6. carlos albero dijo:

    La sombra de la corona catalo-Aragonesa es alargada.

  7. carlos albero dijo:

    Catalano he querido decir

  8. Inde dijo:

    Sijena tendría que ser un lugar emblemático no solo para Aragón. Pero el lugar no parece muy del gusto de algunos…

  9. Paki dijo:

    Ya se que ideologicamente no coincide con tus ideas lo que te voy a comentar. Pero para que lo entiendas lo que le pasa a esta señorita (y a otr@s much@s), es lo que llaman «ingenieria social», y es lo que se ha llevado practicando durante muchos años en la tierra vecina. Para que lo entiendas mejor, te recomiendo que leas el blog Dolça Catalunya, alli hay muchos mas ejemplos.

  10. Chon dijo:

    ¡»Jopé» la de Zaidín!…Con amigos así ¿quien quiere enemigos?…Cría cuervos…

    En el fondo y en la forma la instrucción de la que suscribe el artículo parece deplorable y ciertamente la idea de ver el sistema de desecación del muro de la iglesia como la fuente de los doce caños de Fuenteheridos si que es cuestión de mucha risa. La universidad ya no es lo que era.

    Muy lamentable, en definitiva.

  11. Óscar Forradellas dijo:

    Mercé Ibarz, igual que Francesc Serés, los dos de Zaidín, son los típicos charneguetes que una vez en Cataluña descubren una cultura deslumbrante -algo que tiene su parte de razón y que contrasta con el abandono a la población catalanoparlante de Aragón- y se convierten al nacionalismo con fe redoblada de carbonero ciego. La presencia episódica de este tipo homano en los pueblos orientales de Aragón cada verano es bastante enojosa para los autóctonos, que han de aguantar sus sermones de conversos. Es una pena, pero por su supuesto amor a la tierra que les acogió, cargan contra la que los parió. Y así siguen día tras día, rezumando odió amargo contra la leche que mamaron acabar de nacer (expresión muy nuestra, como sabrán).

  12. Mercè Ibarz dijo:

    La que sabe, sabe, señora Menjón. Agradezco sus puntualizaciones, y cuando vuelva a tratar el tema en mis artículos serán realzadas.
    Algunos de los matices que reporta estaría bien que los conociera la estupenda guía del monasterio de Sijena, la verdad.
    ¿Ha publicado usted ya su investigación sobre Sijena? Será una alegría leerla y si todavía no está publicada, espero que lo esté pronto.
    En el blog no consta una forma de contacto directo, por lo que le escribo por aquí. Será un placer intercambiar impresiones si usted lo desea, ahora dispone de mi correo electrónico.

    Vayan mis saludos cordiales, de esta aragocatalana de Saidí, desde donde ahora mismo le escribo.

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