Autoestima

Una cita del profesor José Galiay Sarañana, en el prólogo de su libro Arte mudéjar aragonés, escrito en 1950:

Gran parte de los trabajos de arqueólogos y críticos españoles publicados al final del siglo pasado y comienzos del presente coinciden en considerar como de escasa importancia cuanto artístico de tiempos pasados conserva Aragón. Bien es verdad que este criterio tan singular y no menos parcial, reflejado en sus escritos, sigue las huellas trazadas por ciertos autores extranjeros, poco conocedores de nuestro Arte, pero bien dispuestos en ánimo y argumentos para elogiar el suyo como superior a los demás e inspirador de ellos.

No es menos cierto, porque así se prueba a través de los escritos, el poco cuidado puesto en el estudio del Arte aragonés por la mayor parte de los autores que se han ocupado de él. Casi todos lo conocen parcialmente, reducido a unas pocas obras y monumentos de fácil visita señalados como patrón de las características que han dado en llamar locales, punto de partida para establecer comparaciones no siempre bien fundadas.

Así se explica, según tales textos, que haya regiones aragonesas de gran extensión sin un solo monumento digno de cita y menos de estudio, ni una pintura notable, retablo escultórico o pieza de orfebrería por admirar, cuando, en realidad, ninguna ciudad aragonesa ni pueblo, por insignificante que sea, carecen de algo no vulgar o corriente en el terreno del Arte.

Y no hablemos del terminantísimo juicio que les merece la calidad: Arte siempre pobre y mercenario, sin carácter, ambiguo, a imitación de otros, como si Aragón, carente en todo momento de cerebros y energías o considerado como pueblo guerrero exclusivamente, sin cultura, hubiera estado de continuo a merced de gustos y tendencias de otras regiones.

Bien distinta es la opinión sustentada por quienes, después de recorrer hasta los más recónditos lugares, supieron encontrar en cualquier manifestación de Arte aragonés las mismas gallardías que en los demás de la Península, y, a veces, gestos nuevos que lo distinguen de otros.

Por nuestra parte, reconociendo en la afirmación un tanto de parcialidad o, si se quiere, de exagerado entusiasmo, jamás compartimos aquel criterio. Contrariamente, creímos siempre, por un sinfín de razones ajenas al lugar, que toda cultura llegada a Aragón sufrió, cuando no prematuramente a la larga, la influencia del país, modificándose su pureza hasta el extremo de adquirir caracteres propios de nuestra cultura. Buena prueba son las particularidades de los estilos ojival, mudéjar y renacimiento aragoneses, que ya comienzan a ser considerados como modos distintos de los similares de otras regiones.

Afortunadamente aquel concepto, infundado y erróneo, va desvaneciéndose…

Desechado por equívoco el concepto de mezquindad atribuido a toda manifestación de Arte aragonés, y reconocida la influencia que ejerció nuestra cultura sobre las distintas arribadas, imprimiéndoles características singulares, debe admitirse nuestra posibilidad creadora como explicación de ciertas particularidades que presentan algunos de nuestros monumentos, de los cuales fueron puestos en duda sus orígenes aragoneses.

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Una respuesta en “Autoestima

  1. angel dijo:

    un gran hombre el profesor galiay. pero ese desprecio por el arte aragonés empieza en aragón y sólo así se entiende la astracanada de lo de los bienes secuestrados, robados, chorizados, mangados, retenidos, usurpados, asimilados, fagotizados (táchese lo que proceda) en lérida sin que aquí se haga nada efectivo más allá de algún brindis al sol. o lo que ocurre con la historia del camino de santiago en la zona de artieda (por favor, inde, un post sobre el tema) con el personal de este país templando gaitas. dicho lo cual, el profe y la inde tienen toda la razón del mundo y más nos valdría a todos conocer un poco más este aragón de nuestros pecados, que merece la pena.

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