¿De verdad se han traído a Aragón, al Museo de Barbastro, desde el Museu de Lleida, dos piezas de procedencia catalana? Eso es lo que se ha dicho en redes, en algún programa de TV, algún medio digital… Les dejo un ejemplo, de la revista «El Temps de les Arts», y analizamos después los dos casos:
Habrá que ver qué dice el Supremo, afirma el autor (Albert Velasco), porque es una de las cuestiones que más hacen cuestionar (sic) la imparcialidad del juez que ha juzgado (sic) el caso. Hay pruebas muy concluyentes, dice, que certificarían que estas piezas son de «las iglesias leridanas de Montagut y Vall-llebrerola, tal como demostró Carmen Berlabé en su tesis doctoral (2009)». Y pone link a la tesis. Ni hay pruebas de certifiquen esa procedencia ni la tesis de Berlabé demuestra nada, como veremos.
Las dos piezas en cuestión son un sagrario del siglo XV y un frontal de altar de seda del XVI. Vamos con este último, una obra que procede de Montanuy (Huesca) y que ahora se afirma que es de Montagut (Lleida). Es este:
En su libro «Del Museu Diocesá al Museu de Lleida» (2028), Berlabé aduce que se produjo una confusión durante el traslado de los bienes del Museo de Lleida durante la guerra; que en los listados manejados por entonces, se indicaba que era de Montagut, pero que en un momento dado alguien anotó por error «Montanuy».
Lo que no se indica es que la pieza lleva por detrás, cosida, una etiqueta ANTIGUA que certifica el envío «De la Parroquia de Montanuy para entregar al Rdo. D. Zeferino Escolá en el Seminario de Lérida». La confusión se produjo, pero al revés, en los listados de la guerra.
Ceferino Escolá, por cierto, fue un cura ultramontano («faccioso», en el lenguaje de la época) que participó enérgicamente durante las guerras carlistas al menos desde 1875. En los tiempos del obispo Messeguer, y también después, fue vicerrector del Seminario Conciliar de Lérida.
Así que ya ven ustedes cómo de «concluyentes» fueron las pruebas presentadas en este caso por la parte catalana, ante las que el juez ejecutor Silverio Nieto «hizo oídos sordos» para «comprar» los «débiles, casi inexistentes» argumentos aragoneses…
Vamos ahora con el sagrario policromado del siglo XV, de la escuela de Pere García de Benabarre, procedente de Benavente de Aragón (Graus, Huesca), pero que se afirma que es de Vall-llebrerola. Es este:
Que sea de Benavente es algo que se asume desde 1933, cuando José Soldevila Faro señaló la existencia de un sagrario gótico de esta procedencia en el Museo de Lérida. La mención es muy escueta, pero solo hay dos sagrarios góticos más en ese museo, y son de Durro y Esplugafreda.
La supuesta procedencia de Vall-llebrerola se basa en esta carta (el doc es de C. Berlabé). ¿Esto es una prueba concluyente? El párroco envía «un sagrario», sin más. Por cierto, que estaba «arrinconado en el palomar de la rectoría», habría que entender que de la de Vall-llebrera.
Con estas historias nos movemos. Es una pena. Y todo, porque el obispo Messeguer ocultó la procedencia de las piezas para que no le vinieran luego los pueblos con reclamaciones…
Hoy han derribado la clínica del Doctor Artero y no has dicho ni mú. Qué gran mentira eres. No os vuelvo a votar en Aragón en la vida. A cascarla Marichancho.
Enhorabuena Marichancho, por lo que te toca en el derribo del Convento de Jerusalén. Bancalé tiene que estar muy contento contigo. Qué poca vergüenza tenéis.