Nunca creas una historia sin fisuras

Hola, Carlota:

He leído tu artículo en mecanoscrits. Me ha parecido tan ofensivo hacia los aragoneses que me he decidido a hacer un escrito de respuesta. Pero, antes, he tecleado tu nombre en Google y he visto que naciste en 1995, o sea, que tienes 21 años y estás aún estudiando. Así que he rebajado bastante mi inicial indignación, que se ha trocado en preocupación. Aún así, quiero contestarte. Disculpa si mi tono te parece paternalista: no puedo evitar tener treinta años más que tú.

Folch i Torres, en efecto, publicó ese reportaje que comentas y afirmó todo eso que dices en cuanto a la conservación de las pinturas de Sijena. Siguiendo la norma de oro de todo historiador, antes de lanzarte a ciegas a defender esas palabras de Folch deberías asegurarte de si eran ciertas o no. Si lo hubieras hecho, te habrías encontrado con otros autores que decían todo lo contrario. Uno de ellos era catalán y tuvo mucho que ver con Sijena: era el propio Gudiol. Gudiol dijo, en repetidas ocasiones, que las pinturas parecían «acabadas de pintar». Una de esas ocasiones es muy conocida, se trata del relato contenido en sus «Tres escritos», publicados en los en los años 80, donde narra la impresión que le causó la vista de aquel maravilloso conjunto destruido por las llamas:

Los arcos antes brillantes de policro­mía eran una ruina gris y negra que se perfilaba sobre el cielo. El fuego había transfor­ma­do las maravillosas composiciones, que pocos meses antes parecían recién termina­das, en unas figuras monocromas casi invisibles.

Su hija Eulàlia, en la biografía que publicó sobre su padre en 1997, afirmaba lo siguiente:

Josep estaba enamorado de la sala capitular de este convento, tumba real de Aragón. Decía que era una especie de Capilla Sixtina del siglo XII, con las pinturas perfectamente conservadas a causa de los pocos cambios atmosféricos que se producen en estos edifi­cios tan cerrados.

Otro historiador importante para Sijena, Walter Oakeshott, escribió esto:

Gudiol se quedó atónito por la calidad de lo que vio en la Sala Capitular. Allá no había únicamente fragmentos como los que a menudo constituyen el único premio de los que buscan pinturas murales medievales, por el contrario un gran esquema de decoración, guardando todavía su color espléndido, azules oscuros, rosas y verdes dominaban la impresión que todo ello producía. […] No solamente los arcos, sino también las paredes estaban cubiertas con pinturas, aunque la mayor parte de estas últimas aparecían escondidas por una capa de yeso.

¿Eso «casa» con lo dicho por Folch? En absoluto, como ves. Entonces, ¿por qué lo dijo? Bien, aquí ya cada uno, en función de lo que sepa de historia y de la trayectoria de este personaje, sacará sus propias conclusiones. Yo te avanzo que es lo mismo que hizo cuando defendió el arranque de los conjuntos pictóricos de las iglesias del Valle de Boí para llevarlos al entonces Museo de Barcelona. Era su justificación. Como no voy ahora a extenderme en este caso, que también tiene muchas sombras, no espero que me creas; pero al menos, sabedora de lo que dijeron otros autores de la máxima credibilidad acerca del estado en que se hallaban las pinturas de Sijena, espero que surja en ti la duda sobre la veracidad de lo que afirmó Folch en su reportaje.

Lo que me preocupa, en realidad, es la conclusión que sacas sobre el destino que habría aguardado a las pinturas, a raíz de lo que dijo Folch. Según puedo leer, tú consideras que

Si bien el monasterio fue incendiado el 9 de agosto de 1936, un mes antes ya se estaba padeciendo por su deterioro. El incendio fue el toque de alarma que hizo actuar a los catalanes con una inmediatez total, en claros términos de supervivencia. Así, pues, ante la pasividad y la ignorancia de los otros, qué habíamos de hacer? Pues era muy fácil, actuar con grandes dosis de conciencia y de «seny» con tal de salvarlo. Lo más triste de todo es que si la quema del monasterio no se hubiera efectuado, lo que no defiendo de ninguna manera, habrían dejado en el absoluto abandono todo lo que constituía el monasterio de Sijena. El incendio, contradictoriamente, permitió que muchas de las obras no se perdieran y que las estropeadas pudieran ser restauradas.

Carlota, esto es un despropósito. Vaya, es una barbaridad. Una barbaridad que parte de un prejuicio: según tú, aunque el incendio no se hubiera producido, la ignorancia y la pasividad «de los otros» habría hecho que las pinturas se hubieran perdido igualmente; de manera que, al menos, con el incendio y la actuación de los catalanes, algo se salvó.

¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¿Qué te hace pensar que eso habría ocurrido así? ¿Qué datos tienes para sacar una conclusión tan terrible acerca de los aragoneses? ¿Has examinado alguna fuente que te permita saber quién se hizo cargo históricamente de Sijena, quién lo protegió y cuidó, quién lo estudió y lo dio a conocer? ¿O se trata sólo de una idea que tienes grabada a fuego, pero que no sabes en qué se sustenta? ¿Sabes que eso se llama prejuicio?

¿Qué te permite deducir que, de ser cierto lo que decía Folch, ante su llamada de atención no habría reaccionado nadie? ¿Por qué das por sentada la ignorancia, la pasividad, y todos esos epítetos tan cariñosos que nos dedicas, hasta el punto de darlo por perdido aun sin el fuego? ¿Te has parado a pensar que en Sijena se conservaba un conjunto de frescos románicos que no tenía parangón con ningún otro conjunto en Cataluña? ¿Te das cuenta de que lo que se conservó en las iglesias pirenaicas de Boí eran sólo los ábsides y algún fragmento en las naves, y que por contra en Sijena, tal como afirma Oakeshott (poco sospechoso de anticatalanismo) se había conservado ese conjunto completo, durante varios siglos? ¿Sabes que no era el único conjunto que había en el monasterio? ¿Tanta desidia, ignorancia y pasividad… y aquí existía lo que no existía en ninguna otra parte?

Mira, lo siento pero me enciendo. En la última parte de tu artículo afirmas que «vosotros» no habéis hecho nada mal, que sois Abel frente a Caín, que no os habéis de justificar, que «ellos» (por «los aragoneses») somos «los primeros en construir diques ideológicos hechos de odio y de ignorancia»… Y, sin embargo, en los párrafos justo anteriores has hecho un perfecto alegato, que comparto al cien por cien, sobre la historia construida sin otro criterio que la defensa de las propias posturas. Los transcribo seguidamente, y te pido que, a la luz de la cerrada defensa que haces sobre la actuación de los catalanes en todo este asunto, frente a las graves acusaciones que haces a los aragoneses, les des la vuelta y te apliques esas reflexiones a lo que tú misma has escrito:

Admitir que se ha hecho algo mal, no agrada a todos aquellos que se creen poseedores de la gran verdad y se consideran escritores de una historia que tan sólo existe en su imaginación. Todo eso en un país donde el revisionismo histórico es sinónimo de tabú. Por eso, lo más fácil es culpar al otro, y si es catalán [aragonés] mejor, porque entonces ya no exige justificaciones ni pruebas, porque su historia ha dictaminado que atacar a los catalanes [aragoneses] es un acto totalmente gratuito y, además, sin consecuencias.

La ignorancia es, posiblemente, uno de los peores males de la humanidad, la cual, casi siempre, va ligada a la desmesura, al sinsentido, a la inconsciencia y un ‘todo vale’ que deja la vía abierta a la mentira y a la manipulación histórica. Josep Pla, acertadísimo e incisivo, decía: ‘La falta de memoria es el origen de la ignorancia y de la forma más peligrosa de la ignorancia, que es la demagogia’. Y seguramente no hay frase más actual que esta.

Has construido una historia de buenos y malos, una historia sin fisuras en la que los catalanes lo han hecho todo bien y los aragoneses todo mal. No te creas nunca las historias sin fisuras. Todas tienen matices y, a menudo, sombras muy oscuras. Ninguna historia, ni personal, ni vecinal, ni de países, ni de nada, es perfecta e irreprochable. Cuando te intenten contar una historia perfecta, desconfía profundamente. Cuando intentes contar una historia tú, no te permitas hacerla blanca y negra, plana y sin contrastes. Porque será falsa.

Relee tu último párrafo, que destila un absoluto desprecio hacia los aragoneses. Y no te agarres a la catalanofobia como único argumento: eso, como tú misma dices, culpar al otro no exige ni justificaciones ni pruebas. Y sí, en esta historia hay que dar justificaciones. Tanto por «nosotros» como por «vosotros». El hecho de que tu artículo esté planteado sobre esa división, el «nosotros» y el «ellos», ya de por sí debería hacerte reflexionar. Tú misma abominas de las historias de Caín y Abel. Pero afirmas que «vosotros» sois Abel.

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21 respuestas a Nunca creas una historia sin fisuras

  1. Ligre dijo:

    Creo que el artículo de Carlota no se merece ni respuesta.

    A mi esto me recuerda a una cosa que comentaba César Rendueles en uno de sus libros, en el que reflexionaba sobre la importancia de los editores y de las personas que hacen de filtro y aconsejan a un autor. Tanto éste texto como el del chico de Alcampell de los ladridos, son ejemplo.

    Lo malo es que antes la cagabas, porque estabas empezando en un oficio, y alguien con experiencia y jerarquía superior te echaba el freno y te aconsejaba. Y así se aprende y se pule al profesional. Ahora con este vertido continuo de contenidos en las redes y con cero filtro, algunas personas que están empezando pueden perfectamente desprestigiar buena parte de su carrera futura, porque además serán apoyados en las redes por retweets o favs basados en la «política de adhesión», más ideológica que otra cosa, lo que les hará creer que van por el buen camino. Favs y retweets que no significa que se hayan leído el texto, simplemente que apoyan su finalidad: blanco o negro.

  2. Ligre dijo:

    Se me olvidaba: paciencia 😉

  3. Inde dijo:

    Muchas gracias, Ligre…

  4. gemma dijo:

    hola, hay algún libro sobre Sijena que explique como las obras pasaron de Aragón a Cataluña, el proceso de compra y el depósito, la toma de consciencia de los aragoneses sobre esas obras, el proceso de rehabilitación del monasterio? me gustaría una obra que se centrará en narrar lo que pasó, y que m dejará extraer mis propias conclusiones, pero no sé si eso será posible, tal y como está la cosa. gracias.

  5. Inde dijo:

    No, no hay ningún libro aún sobre todo eso. Sobre las pinturas lo habrá este otoño. Sobre el resto del patrimonio, quizá más adelante. Sobre «la toma de conciencia de los aragoneses», pues no sé, no entiendo qué quieres decir con eso.

    También estaría bien que en el Museo de Lleida tuvieran catálogo.

    • gemma dijo:

      pues de la importancia de esas obras y que debían volver a Sijena.

      • Inde dijo:

        Toda esa historia la relato en el libro que saldrá en otoño, sobre las pinturas. Te adelanto que fueron los de Huesca los que cuidaron del monasterio siempre: antes de la guerra, por supuesto (para revertir la desamortización, cosa que consiguieron; para declararlo Monumento Nacional y así protegerlo por ley; para reclamar dinero del Estado, porque el obispo nunca puso una peseta, para restaurar el edificio, lo que se hizo en los años 20). Y después de la guerra, también: Huesca reclamó las pinturas en el 39, el Museo de Zaragoza intentó hacerse con ellas en el 41; hasta el 45, en que lo trasladaron a otra zona, el comisario del SDPAN en Zaragoza tuvo a Sijena siempre en sus prioridades, trató de restaurar las pinturas y el convento, pero pese a haber un proyecto aprobado éste nunca se llevó a cabo, por desinterés de Madrid; en los 50 fueron nuevamente los de Huesca, que consiguieron una orden de devolución del Ministerio, que nunca se cumplió; también peleó por ello Antonio Beltrán desde Zaragoza, catedrático y director asimismo del SDPAN, sin éxito; y hasta los 60 se documentan reclamaciones. Luego, entre los 60 y los 80, no encuentro más que silencio. Y en los 90, cuando la DGA tuvo competencias en Patrimonio, se inició la restauración del monasterio, en dos fases, hasta principios de este siglo.
        No sé si es suficiente con esto.

  6. Inde dijo:

    Pero si no necesitas específicamente un libro, creo que en este blog he ido desgranando distintas facetas de todo este proceso, a menudo con referencia a sus fuentes. ¿No te sirven esos posts para sacar tus propias conclusiones?

  7. Inde dijo:

    También me gustaría que me dijeras qué conclusiones has sacado, por ejemplo, de la lectura de este mismo post…

  8. Sarandon dijo:

    Te recomiendo Marisancho que leas este articulo. A lo mejor entenderias, porque hay tantas «Carlotas» con ese discurso.

    http://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/la-pesadilla-de-una-historia-de-cataluna_60995_102.html

  9. Silvia L. dijo:

    Querida Marisancho: estás en tantos frentes que me resulta difícil apoyarte en todos, pero vaya mi reconocimiento como amiga y como oscense y aragonesa Esperamos tu libro con impaciencia, sabemos que estará muy documentado y será sólido desde el punto de vista de la historia, pero sabes quecuanto más racional se es y documentada se está…más se expone una a la crítica ofensiva y aneuronal de gente carente de conocimiento y que hace gala de algo tan lamentablemente español como el desprecio de la inteligencia. No aé si me explico. Un beso y de nuevo: no te enzarces en naderías y a lo que estamos, que es el libro.

  10. En mi opinión, los nacionalistas son pintores de paisajes humanos, inspirados casi siempre en enrevesadas ensoñaciones naïf, o en cuentos de hadas, príncipes y mesas redondas, en las que que ellos quieren aparecer como Caballeros Principales. En el caso de los nacionalistas catalanes, pueblo del que aún mantengo la convicción de que es más laico y vanguardista que el resto de los ibéricos, si realmente tuvieran un proyecto de país sostenible, si verdaderamente conocieran y quisieran respetar i desarrollar su Historia; en lugar de empecinarse como niños en coleccionar cromos de iconos religiosos, de los que hace mucho tiempo apostataron, se dedicarían a crear una nueva liga Hanseática: asociándose con Marsella, Nápoles, Tripoli y Estambul.

    !Adelante Inde! Desde nuestra diversidad, y nuestra independencia cultural, necesitamos adalides de la razón, que como Tú, se documenten y busquen la Verdad, e impidan que esa actividad de pintores de paisajes humanos, acabe convirtiendo también el nuestro en el ‘Jardín de las Delicias’.

  11. gemma dijo:

    El artículo hace algunas afirmaciones que me parecen fuera de lugar y se podría haberse ahorrado. No sabemos ni podemos predecir que hubiera pasado con las pinturas, ni hacer presunciones.
    El estado real de las pinturas antes del incendio supongo que sería, más o menos, posible de comprobarse. He leído que Gudiol hizo fotografías. Dónde están esas fotografías?
    Otra cosa que llama la atención es que Folch visitó Sijena con Gudiol, y en cambio uno dice que parecían recién pintadas y otro aseñalaba el deterioro? En el artículo Folch hace una comparativa: él había estado en el monasterio 16 años antes y para él las pinturas sufrían un deterioro.
    Según tu opinión detrás se escondían otros intereses de Folch, y puede ser, en 1921 se interesó por las pinturas y su compra. Pero entonces por qué hace un llamamiento a las autoridades artísticas de Aragón y al director general de Bellas Artes de la República que podían disputarle las pinturas?
    Comentas que el estado de las pinturas fue la excusa que utilizó Folch para arrancar las pinturas en Boí. Yo he leído otra cosa en algunos libros: que las habían comprado, arrancado y trasladado a Barcelona para que anticuarios y coleccionistas no las pudieran comprar, arrancar y vender en el extranjero sobre todo después de lo que había pasado con parte de las pinturas de Santa Maria de Mur (actualmente en Boston). Este personaje podrá no gustarte pero contribuyó de forma importante a la conservación del patrimonio.

    • Inde dijo:

      Las fotografías de Gudiol son muy conocidas y han sido publicadas muchas veces; las fotos más abundantes y mejor reproducidas las encontrarás en el libro «La pintura románica en Aragón», de Gonzalo Borrás y Manuel García Guatas, ambos de la Universidad de Zaragoza. Es un libro de los 80. Puedes buscar en Google «pinturas de la sala capitular de Sijena» y serán de Gudiol la mayoría de las que salgan en blanco y negro (algunas otras no, son de fotógrafos aragoneses, pero las que hizo Gudiol son las mejores). Aquí te dejo un enlace de una web muy buena sobre románico aragonés, por si no quieres perder tiempo: http://www.romanicoaragones.com/33-Bajocinca/990472-Sigena7.htm

      La divergencia de pareceres entre Folch y Gudiol es lo que señalo yo, precisamente. Yo doy credibilidad a Gudiol, primero por las fotos, precisamente, y luego porque está la evidencia de muchos otros autores que hablaron de Sijena en ese tiempo, como Pano o Ricardo del Arco. Solo había problemas de humedad en la parte baja de las composiciones de las paredes y en los arranques de los arcos, que habían sido restaurados ya en el XVIII. Pero ten en cuenta una cosa: las pinturas llevaban en esas paredes desde finales del siglo XII y habían llegado al XX en un estado espectacular de conservación; yo no me acabo de creer que en 16 años hubiera avanzado la cosa tanto como para que Folch se diera cuenta de que aquello avanzaba de manera alarmante y nosecuántas cosas apocalípticas que dice.

      Con evidencias en contra, y habiendo seguido la trayectoria de Folch, que no era una hermanita de la caridad precisamente, al menos habría que dudar. Eso es lo que le digo a Carlota: que se informe, y que dude antes de decir lo que ha dicho.

      Y para acabar con Folch: seguramente hizo cosas bien y no era el monstruo del Averno, era muy trabajador e inteligente, tal vez fue un buen hijo, supongo que pagaría sus impuestos… en fin, que como todo el mundo tendría sus cosas buenas y malas. Yo juzgo su papel como director de lo que ahora es el MNAC, y no sale bien parado. Lo de las pinturas del valle de Boí, por ejemplo, tiene sombras muy oscuras, y el relato que se ha hecho de todo aquel episodio es, nuevamente, una historia sin fisuras. Otro día la contaré aquí. Fue una historiadora catalana la que sacó a la luz todos los detalles de esa historia, que no es como nos la han contado, pero nadie le hizo caso. Y dijo la verdad: sus referencias aparecen exactamente tal como las dijo en los documentos que se guardan en el Arxiu Nacional de Catalunya.
      Pero eso es muy largo: será tema de otro post.

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