Me pregunto qué quiere decir «pertenecer a una diócesis», en qué se traduce eso en la práctica. Me pregunto en qué se tradujo para los pueblos de Huesca que pertenecían a la de Lérida/Lleida. Ya, en que a los curas de las parroquias los elegía su obispo. Supongo, en los ingresos correspondientes por parte de los fieles y el Estado. ¿Y a cambio, en su patrimonio, se notaba algo?
Quiero decir, ¿el obispado de Lérida puso pasta alguna vez para el sostenimiento de las parroquias, de los templos y ermitas?
Me lo pregunto después de ver esta información de la DGA del año 97, sobre las inversiones realizadas en la diócesis de Lérida. Nada menos que 484 millones de pesetas invertidos desde que Aragón tuvo competencias en Patrimonio y hasta 1995, en el mantenimiento y restauración de 30 edificios que «pertenecían» a la diócesis de Lérida pero que estaban en pueblos aragoneses.
Estoy harta de leer por ahí que «si los catalanes no hubieran cuidado nuestro patrimonio, se habría perdido». ¿Qué aportó en los pueblos el obispo? ¿Qué hay que decir del dinero invertido por el Gobierno de Aragón? ¿Si no hubiera sido por él, qué habría sido de esas iglesias? ¿Por qué no nos acordamos del obispado para pedir responsabilidades del cuidado del patrimonio? ¿Sólo pertenecían los pueblos a la diócesis para aportar y no para recibir? Si los pueblos pertenecían a esa diócesis, pertenecían para bien y para mal: si se descuidaba el patrimonio, la responsabilidad era del obispo; pero la pasta la ponía el Gobierno de Aragón… y aún nos tenemos que oír lo que nos tenemos que oír.